jueves, 27 de octubre de 2011

CARGA BIOQUÍMICA DEL ESTRÉS EN NUESTRO CUERPO

A modo de resumen, recogemos la acción del estrés:
de forma negativa en la absorción de nutrientes: debido a una menor oxigenación y circulación sanguínea gastrointestinal; por una menor producción de enzimas en el estómago, páncreas e hígado; y un menor flujo de bilis de la vesícula biliar.
Provoca una mayor expresión de nutrientes: pérdida de calcio, magnesio, potasio, zinc, Colombo, selenio y otros micro minerales a través de la orina.
Causan deficiencias de nutrientes: particularmente vitamina C, vitamina B, hierro, cinc y selenio.
Aumenta el nivel de colesterol del tipo LDL en sangre.
Aumentan los triglicéridos séricos durante la respuesta de estrés.
Se provoca una mayor agregación de plaquetas en la sangre, importante factor de riesgo en cardiopatías.
Causa una mayor retención de sal: puede producir hipertensión arterial.
Aumenta el cortisol: vinculado con el aumento de peso, la obesidad tanto mineral y la capacidad de bajar de peso o desarrollar los músculos. Su producción excesiva contribuye al envejecimiento prematuro del cuerpo.
Al mismo tiempo aumenta la producción de ácido clorhídrico, aumentando las probabilidades de sufrir úlceras.
Disminuye la densidad de la flora intestinal: el estrés destruye las bacterias intestinales beneficiosas. Esto puede dar lugar a problemas inmunológicos de la piel, deficiencias de nutrientes y trastornos digestivos.
Disminuye el suministro de oxígeno: dicho que influye en todos los aspectos del metabolismo.
Influye en la eficiencia térmica de forma desfavorable, de manera que disminuye nuestra capacidad de quemar calorías.
La hormona del crecimiento, importante para el desarrollo, la nación y el restablecimiento de tejidos corporales, se ve disminuida. Esta hormona ayuda a quemar grasas y desarrollar los músculos.
Disminuye nuestra secreción salival, con lo que tendremos menor capacidad de digestión y almidones y disminuye los factores inmunológicos orales.
Descienden la producción de hormona tiroidea, lo que puede hacer que disminuya la actividad metabólica en todo el organismo.
Aumenta el ritmo de deglución, lo que aumenta la posibilidad de trastornos digestivos.
Mayor tiempo de evacuación intestinal: puedes dar lugar a diarreas y a que emacropartículas de alimentos entren prematuramente en el intestino delgado; éste es uno de los factores que pueden contribuir a las alergias y sensibilidades alimentos y a distintas enfermedades.
Al aumentar también el tiempo de evacuación intestinal puede dar lugar a estreñimiento, factor de riesgo de las enfermedades del colon.
Ya lo hemos indicado anteriormente, existe un aumento de alergias y sensibilidades a alimentos, debido probablemente a la disminución de la inmunidad y a problemas de permeabilidad intestinal.
Funcionamiento errático del esfínter del esófago inferior: del esfínter del esófago inferior se abre cuando no debe, lo cual ocasiona reflujo gástrico, conocido como si es estomacal.
Favorece la resistencia la insulina: el estrés crónico de bajo nivel puede hacer que las células afectadas no respondan a la insulina, factor que contribuye a la diabetes, el aumento de peso, las cardiopatías y el envejecimiento.
Disminuye la masa muscular, lo que implica una mayor acumulación de tejido adiposo y un metabolismo más lento.
Disminuyen las eicosanoides: en este importante grupo de hormonas controladoras están comprendidas las prostaglandinas, los tromboxanos y los leucotrienos. Influyen en el nivel de energía y en numerosas funciones metabólicas.
Existe mayor riesgo de osteoporosis: se ha demostrado que la densidad ósea disminuyen las mujeres estresadas y deprimidas. El estrés hace que aumente la excreción en la orina de calcio, magnesio y boro.
Aumenta el estrés oxidativo: provoca envejecimiento prematuro. Es un precursor de numerosas enfermedades.
Descienden las hormonas sexuales: puede implicar la reducción de la libido o apetito sexual, ante la energía y de la masa muscular.
Desciende la función renal: implica una mayor toxicidad, desequilibrio electrolítico, retención de agua, cardiopatías.
Disminuyen las mitocondrias: éstas son las encargadas de producir energía las células. Cuando disminuye el número total de estos minúsculos órganos los celulares, producimos literalmente menos energía. Puede dar lugar a la fatiga crónica.
Y para finalizar, aumenta la inflamación: esta es la base de muchas dolencias importantes, con inclusión de las enfermedades cerebrales y cardiacas.


Basado en el libro LA DIETA DEL SOSIEGO (comer por placer, para obtener energía y para adelgazar) , escrito por Marc David .

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lunes, 24 de octubre de 2011

CONEXIÓN ENTRE ESTRÉS Y METABOLISMO

La clave para entender el vínculo profundo entre el metabolismo y el estrés es el sistema nervioso central (SNC).
La parte del sistema nervioso central que ejerce la mayor influencia la función gastrointestinal se denomina sistema nervioso autónomo (SNA). Éste aspecto del sistema nervioso de responsable de hacer que el estómago eche a andar, que las secreciones esquemáticas comiencen a fluir en el proceso digestivo y que el proceso dinámico de la absorción de nutrientes en el torrente sanguíneo se mantenga en movimiento.
El sistema nervioso automático también le indica al organismo cuando no debe estar en modalidad de digestión, por ejemplo, cuando no tenga ningún alimento en el estómago o cuando esté activada la respuesta de luchar o huir.
A su vez, el sistema nervioso autónomo tiene dos subdivisiones que lo ayudan a cumplir su doble cometido de estimulación e inhibición del proceso digestivo: la rama simpática y parasimpática.
La rama simpática activa la respuesta del estrés y suprime la actividad digestiva. La rama parasimpática relaja el cuerpo y activa la digestión. Puede ser útil pensar en estados parte del sistema nervioso como interruptores de encendido y apagado.
Dicho en términos sencillos, la misma parte de nuestro cerebro que activa el estrés, desactivada digestión. A la inversa, la parte del cerebro que activa la respuesta de relajación, activa plenamente la capacidad de una sana digestión.
Ingerir alimentos sanos es sólo la mitad de la ecuación de la buena nutrición, la otra mitad consiste en encontrarse en estado ideal para digerir y asimilar alimentos.
Numerosos estudios clínicos han demostrado que las afecciones en la que se produce un alto volumen de cortisol están estrechamente vinculadas con la acumulación de grasa se debe a que una de las funciones químicas del cortisol es enviar al cuerpo la señal de acumular grasa y no desarrollar el tejido muscular. El cortisol es la hormona principal que se liberan cantidades importantes durante situaciones de estrés agudo y crónico.
Recordamos también lo que indicábamos en el artículo anterior, el extensionismo también para hacer que aumente la producción de insulina, otra hormona estrechamente vinculada con el aumento de peso.
Preocuparse por la acumulación de grasa hace que ésta aumente. La ansiedad sobre la pérdida de peso hace que su cuerpo acumule grasa y la retenga.
El estrés autoimpuesto parece darnos energías porque estimula la producción de adrenalina y noradrenalina, hormonas que contribuyen al estado de alerta. No obstante, con el paso del tiempo, estas hormonas pueden menoscabar el metabolismo.
En los primeros minutos de una plena respuesta de estrés, nuestro metabolismo alcanza su máxima eficiencia. Cuando la respuesta se prolonga, día tras día, es cuando este medio de supervivencia que se supone que nos salva, comienza de modernos poco a poco.
Cuando nos encontramos en un estado de estrés, si adoptamos conscientemente el patrón de respiración profunda de rítmico característico del estado relajado, engañamos el sistema nervioso central. El cerebro piensa algo por el estilo de ¡Ey, creía que estaba hecho un manojo de nervios, pero la respiración está relajada, así que seguramente estoy relajado!
Se envía una señal desde la corteza central del cerebro, el centro del pensamiento, a los nervios de la médula espinal y día a día distintos órganos del cuerpo. También entradas funciona el sistema endocrino para desactivar la respuesta de estrés. El resultado es un cambio de un estado de baja actividad digestiva a la plena fuerza digestiva.


Basado en el libro LA DIETA DEL SOSIEGO (comer por placer, para obtener energía y para adelgazar) , escrito por Marc David .

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jueves, 20 de octubre de 2011

EL ESTRÉS: ENEMIGO CONTRA LA PÉRDIDA DE PESO

No es la primera vez que hacemos mención al estrés y la necesidad de comer despacio y con tranquilidad. ¿Cuál es su efecto?
Durante el estrés, el organismo asume automáticamente la respuesta clásica de luchar o huir. Esta función del sistema nervioso central evolucionó con el paso de millones de años hasta convertirse en un mecanismo seguridad que nos protege en situaciones de peligro para la vida.
En los momentos en que se activa la respuesta de estrés, el ritmo cardíaco se acelera, la presión sanguínea aumenta, la respiración va más rápido, y se liberan en el sistema circulatorio las hormonas que ayudan a proporcionar energía inmediata, como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol.
El flujo sanguíneo se desvía del centro del cuerpo hacia la cabeza para poder pensar con rapidez, y a los brazos y las piernas para tener la energía necesaria a la hora de luchar o huir.
Lo más importante es que el sistema digestivo se bloquea. Todas las funciones metabólicas del organismo que tienen que ajustarse expresamente la supervivencia.
Si comemos a toda prisa y con ansiedad, abrumados por el trabajo o comiendo mientras estamos enfadados, etc. nuestro cuerpo no puede distinguir que no se trata de cuestión de vida o muerte, está programado genéticamente para poner en marcha su respuesta de defensa en cuanto cerebro percibe el estrés.
De modo que, si alguna vez comemos en un estado de ansiedad y después tenemos la sensación de que la comida ha quedado paralizado en el estómago, esos lo que realmente sucede. Los alimentos esperan hasta que el cuerpo vuelva su funcionamiento digestivo normal. Es decir, nuestro estado de ánimo también afecta a los alimentos que ingerimos. Se reduce el contenido de enzimas salivales en la boca, la descomposición de las proteínas, grasas y carbohidratos en el estómago se ve perjudicada y la circulación sanguínea al intestino delgado se reduce hasta en cuatro veces, lo que se traduce en una menor asimilación de vitaminas, minerales y otros nutrientes. Por lo tanto, no sólo importa lo que comemos, sino el estado mental en que nos encontramos cuando comemos.
Muchas personas nos quejamos de que a pesar de seguir una dieta no conseguimos adelgazar. En la mayoría de casos puede estar detrás el estrés. Esto se aplica especialmente a los que experimentan el aumento de peso alrededor de las dos, con una producción excesiva de cortisol tiene el efecto de engordar el vientre. La solución sólo pasará por relajarnos para dejar de producir tanto cortisol. Respirar hondo, un poco más de paz y dar la oportunidad a nuestras calorías de quemarse.
El estrés crónico también puede hacer que aumente la producción de insulina, hormonas que hemos mencionado como causante del depósito de grasa en nuestro cuerpo. Ya hemos dicho que el páncreas produce insulina cada vez que hay un rápido aumento de glucosa en sangre. Una de las maneras en que la insulina produce la glucosa en la sangre es al enviar al cuerpo señal de que almacene agresivamente como grasas los carbohidratos consumidos en exceso. La insulina también envía al organismo la señal de que no libere la grasa almacenada.
El estrés crónico de la producción de insulina vinculada con el son especialmente problemáticos en la afección conocida como resistencia a la insulina, en la que los niveles de glucosa en sangre y se mantienen elevados aunque aumente la producción de insulina debido a que las células sobre las que debe actuar esta hormona dejan de responder a ella.
Si además unimos ingestas ricas en carbohidratos que solemos hacer cuando nos sentimos con ansiedad, frustración... facilitamos el aumento de peso.
Según términos médicos, el estrés crónico hace que disminuir la eficacia térmica, o sea, su capacidad de quemar calorías y metabolizar la grasa almacenada.
Otras acciones del estrés, distintas al aumento de peso, la podemos encontrar por ejemplo en los glucocorticoides, una clase de hormonas relacionadas con el estrés entre las que se encuentra el cortisol, que bloquea la asimilación de calcio en los intestinos y limita rigurosamente la cantidad de calcio disponible para el crecimiento óseo. La secreción excesiva de glucocorticoides debido, por ejemplo, al estrés crónico, produce pérdida de calcio en la orina, interfieren el crecimiento y división de las células precursoras especializadas en los extremos de los huesos, e incluso hace que aumente el ritmo descompuesto del tejido óseo.
En definitiva, debemos empezar una dieta sin ningún sentido de culpabilidad y sin imponernos normas. Es completamente contraproducente expresados en relación con la pérdida de peso, pues el mismo estrés hace que uno aumente de peso.

Basado en el libro LA DIETA DEL SOSIEGO (comer por placer, para obtener energía y para adelgazar) , escrito por Marc David .

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sábado, 15 de octubre de 2011

TODAS LAS CALORÍAS NO SON IGUALES

Algunas calorías que comemos son más propensas a engordarnos que otras. Por ejemplo, ciertos alimentos utilizan más energía durante el proceso de digestión que otros. Cada vez que comemos, nuestro cuerpo debe quemar calorías para poder descomponer el alimento, empujarlo hacia los intestinos y absorber los nutrientes.
Los investigadores ahora saben que nuestro cuerpo quema aproximadamente unas 40 calorías más por comida si esa comida es rica en proteínas, que si se trata de una comida rica en carbohidratos o grasas.
También se sabe que los alimentos ricos en proteínas tienden a provocar un aumento lento y constante del azúcar en la sangre, en tanto que los carbohidratos provocan ese aumento en mayor grado y más rápidamente.
Cuanto más lentamente sube nuestro nivel de azúcar en la sangre, menos cantidad de hormona insulina deberá secretar nuestro páncreas para eliminarlo.
Entre otras cosas, la insulina precipita el almacenamiento de grasa y el apetito. Es por esto por lo que sentimos hambre poco después de comernos una rosquilla aunque contenga 400 calorías.

Los carbohidratos altamente procesados son casi lo peor que podemos comer cuando deseamos perder peso y verlos mejor. Todos estos carbohidratos están hechos con harina blanca y azúcar blanco, los cuales están muy procesados. Para obtener la harina blanca, el procesador parte del trigo, otro tipo de comida sana. Sin embargo, una vez retirada su cáscara, únicamente queda la parte que dentro del grano, que no contiene nada de fibra y muy pocos nutrientes. Es tan malo para nosotros como una tableta de azúcar. La falta de fibra y las muchas calorías de los carbohidratos procesados provocan que éstos aceleren el flujo sanguíneo más rápidamente que cualquier otro alimento que comamos.
Los investigadores han probado cientos de alimentos y los han clasificado según la velocidad con la que suben los niveles de azúcar en la sangre, en una escala denominada índice glucémico. Los alimentos que puntuar alto en el índice, como el azúcar o las patatas, suben el nivel de azúcar rápidamente. Los alimentos que puntúan bajo en el índice, como las judías y la mayoría de las verduras, provocan un aumento de los niveles de azúcar lento y constante.

La cafeína del café eleva los niveles del cortisol de la sangre, provocando que los niveles de azúcar en sangre se disparen y que la insulina aumente.
Un sustituto podría ser el té verde, que contiene suficiente cafeína para estimularnos pero no tanta como para elevar los niveles de cortisol. Además, aporta una dosis saludable de polifenoles anticancerígeno, los cuales, según la ciencia, estimula el metabolismo.
Fuente: Programa fisico y nutricional definitivo/ The Ultimate New York Body Plan,
libro escrito por David Kirsch

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿POR QUÉ Y QUÉ TIPOS DE CARBOHIDRATOS NOS PUEDEN HACER ENGORDAR?

Hemos hablado en diferentes artículos de los carbohidratos, la insulina y la serotonina.
Por si hubiera alguna duda sobre el tema, creemos que la explicación que nos ofrece Ann Fittante en su libro EL SABOR DE LA SALUD: MÁS DE 200 DELICIOSAS RECETAS PARA EQUILIBRAR EL AZÚCAR EN LA SANGRE DE FORMA NATURAL resulta bastante esclarecedor, además de muy útil para personas que también sufre de diabetes.
Todo el mundo tiene glucosa en sangre. La glucosa es el combustible que alimenta a todas las células del cuerpo.
Al comer, el cuerpo descompone los alimentos y los convierte en glucosa, la cual se introduce al torrente sanguíneo. Entonces ese proceso activa el páncreas para que se produzca la hormona insulina. La insulina es como una llave que abre las células para permitir que entre la glucosa. Una vez en el interior de las células, la glucosa se utiliza como combustible o bien se almacena en el hígado o en los músculos para utilizarse más adelante.
La cantidad de insulina necesaria para abrir las células depende de lo que comemos. Algunos alimentos tardan más tiempo que otros en descomponerse y convertirse en glucosa. Aquellos que se descomponen lentamente proporcionan una menor cantidad de glucosa para que el cuerpo la absorba a lo largo de un período de tiempo mayor; a su vez, el páncreas responde al liberar la insulina más lentamente. Y lo que es incluso mejor, cuando el azúcar en sangre se eleva de manera gradual, baja igual de lentamente a lo largo del tiempo. Esta suave subida y bajada en realidad pone freno a los antojos de comida.
Por contraste, cuando los alimentos se descomponen y se introducen el torrente sanguíneo rápidamente, el páncreas tiene que fabricar rápidamente mucha insulina para transportar la glucosa desde la sangre hasta las células. Y una vez que la insulina ha extraído la glucosa de la sangre, el nivel de ésta baja tanto que provoca antojos, comilonas y aumento de peso.
Básicamente, entre más rápido se introduce la glucosa en la sangre, más rápidamente se eleva la insulina... y más rápidamente cae en picada el nivel de azúcar en la sangre cuando la insulina comienza a actuar. Este patrón de altibajos rápidos en los niveles de azúcar en la sangre representa un problema, tanto para la salud general como para el peso.
Con el tiempo, se come en exceso y se puede acumular una excesiva grasa corporal, la cual puede hacer que las células ignoren la señal de la insulina para que saque la glucosa de la sangre. En esta afección, lo que se conoce como resistencia a la insulina, la glucosa se queda afuera de las células sin poder entrar y se convierte en grasa, la cual termina depositada en las caderas, cintura y trasero.
Los diferentes tipos de carbohidratos afectan de manera diferente el azúcar en la sangre la liberación de insulina. Y esos carbohidratos que provoca la mayoría de los altibajos en los niveles de glucosa nos dejan con unas terribles punzadas de hambre. Además, el exceso de calorías que consumimos debido a las fluctuaciones del azúcar en la sangre es lo que hace que subamos de peso.
Los carbohidratos que se encuentran en alimentos como las legumbres, verduras, cereales integrales... son carbohidratos sin refinar, ricos en fibra y tardan más tiempo en digerirse, lo cual a la larga ayuda a retardar la absorción, son carbohidratos de absorción lenta, los cuales retardan la conversión de carbohidratos en glucosa.
Los carbohidratos refinados, que se encuentran en el pan blanco, pasta blanca, galletas y productos panificados... carecen de la fibra, es eliminada cuando los granos son molidos. Al ingerirlos pasan a toda velocidad por el intestino e inundan de glucosa al torrente sanguíneo, haciendo que se eleven muchísimo los niveles de insulina. Si se consumen demasiados esos carbohidratos de absorción rápida el cuerpo tiene más glucosa de la que necesita y ese exceso se convierte en grasa corporal.
Y aún peor es esa subida de insulina seguida de una caída de azúcar en la sangre, que provoca un hambre falsa que con demasiada frecuencia se satisface con todavía más carbohidratos de absorción rápida. Se trata de un círculo vicioso: comemos alimentos con carbohidratos de absorción rápida porque tenemos hambre; el azúcar en la sangre y la insulina suben por las nubes; luego el azúcar en la sangre cae en picada nos entran unos antojos repentinos bien fuertes, de modo que ingerimos más carbohidratos de absorción rápida porque tenemos hambre... y empezamos a subir, subir y subir de paso.

Fragmentos extraídos del libro EL SABOR DE LA SALUD: MÁS DE 200 DELICIOSAS RECETAS PARA EQUILIBRAR EL AZÚCAR EN LA SANGRE DE FORMA NATURAL de Ann Fittante

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domingo, 25 de septiembre de 2011

NUTRIENTES QUE AYUDAN A MANTENER LA LÍNEA

  • El litio y la nicotinamida aumenta la secreción de serotonina y disminuyen el apetito.
  • La L-fenilalanina, un aminoácido, que tienen la propiedad de estimular la secreción de colecistocinina, una hormona que también proporcionar organismos sensación de saciedad. No encontraremos en la leche y la carne.
  • La L-tirosina favorece la secreción de noradrenalina en presencia de vitamina C y B6. La noradrenalina aumenta el metabolismo del cuerpo por estimulación del sistema parasimpático.
  • La L–ornirina, la L–arginina y L-dopa, tres aminoácidos, aumenta las secreciones de la hormona de crecimiento que actúa sobre el metabolismo de base.
  • La L–carnitina, otro aminoácido, ayuda al organismo transformar la grasa de energía: la carnitina asegura al transporte de las grasas a las mitocondrias (al corazón de las células) para que sean quemadas. Este efecto sólo de real cuando se acompaña de una actividad física sostenida y regular.
  • El cromo: puede favorecer la pérdida de grasa corporal y el aumento de la masa muscular. La hiperinsulinemia es una condición patológica asociada a una tasa de azúcar en sangre elevada, un estado que favorece la obesidad por una síntesis excesiva de ácidos grasos.
    El cromo mejora la función de la insulina y contribuye a regular su secreción, reduciendo, al mismo tiempo, los triglicéridos. El cromo mejora también la captación de aminoácidos por la célula, lo que permite al organismo sintetizar más proteínas. Varios experimentos han demostrado que los suplementos de cromo picolinato conllevan una pérdida de tejido adiposo y un aumento de la masa muscular en los deportistas.

    Fragmentos extraídos del libro LA REVOLUCIÓN DE LAS VITAMINAS de Thierry Souccar

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  • jueves, 22 de septiembre de 2011

    NUVORYN: ¿QUÉ HAY DETRÁS DE UNAS HIERBAS PARA PERDER PESO?

    Navegando por Internet y, más concretamente, en nuestra página, encontramos el anuncio de un producto que combina diferentes plantas naturales que puede ayudarnos a adelgazar.
    Se trata de Nuvoryn.
    He intentado buscar información por si acaso se nos desaconsejaba el uso. No he encontrado ninguna, sólo unos pocos comentarios de personas que lo habían utilizado y que decían que les había funcionado.
    Obviamente, estaremos alerta ante cualquier noticia que diga lo contrario y, si lo has probado, agradeceríamos que nos digas tu opinión.
    Mientras tanto, por lo poco que hemos podido leer sobre los ingredientes que lo componen, creemos que puede ayudarnos, eso sí, siempre como complemento a nuestra dieta.
    Hoy haremos hincapié sobre algunos puntos que se recojan en la página de este producto.
    Supongo que el primer hecho que debo destacar es la garantía, así lo dicen, de reembolso si no estamos satisfechos con los resultados. Sin embargo, quizás soy mal pensada, no sé hasta qué punto tendremos después la posibilidad de recibir el dinero sino estamos contentos, porque algo ha de quedar claro, ninguna pastilla por sí sola va a solucionar el problema. Si fuera así, soy la primera en apuntarme.
    ¿Qué es Nuvoryn? Nos dicen que es un producto para bajar de peso «revolucionario»-lo pondré entre comillas- que está compuesto por 9 ingredientes naturales que nos ayudan a acelerar la pérdida de peso, quemar más calorías y suprimir nuestro apetito.
    Nos dicen que es eficaz en todas las edades y sexos, que no interactúa con otro medicamento o antibióticos, seguro para diabéticos ya que contiene un tipo de hierbas que se ha demostrado que ayudan a reducir el azúcar en sangre.
    Como supresor de apetito utilizan diferentes ingredientes como la damiana, hoodia, resveratrol.
    La función de quemar grasa vendría definida por el té verde, extracto de granada, hoodia, ginseng, acai y al resveratrol.
    También nos dicen que aumenta nuestro metabolismo, gracias al té verde, guaraná, Acai. Y por último, para potenciar la energía, utilizan el té verde, yerba mate, resveratrol y ginseng.
    ¿Cómo justifican la eficacia del producto? Refiriéndose a distintos estudios que han sido publicados por cada uno de estos productos, aunque, ningún estudio sobre la acción conjunta.
    ¿Qué nos dicen sobre cada uno de ellos?
  • Algunos estudios demuestran que el té verde puede acelerar el metabolismo de manera segura y sin provocar efectos secundarios. En otras palabras, puede ayudar a acelerar su metabolismo y quemar grasa….¡sin necesidad de hacer ejercicio! El té verde también contiene teanina, un aminoácido natural que le ayuda a relajarse y fomenta un sentimiento de bienestar al estimular los niveles de GABA (otro neurotransmisor para sentirse bien) en el cuerpo.
  • Los campesinos de África consumen “Hoodia” desde hace mucho tiempo, el cual es un tipo de cactus africano, para suprimir el hambre durante los largos viajes de caza. En 1996, un científico decidió usar este “supresor natural del apetito” como método para bajar de peso.
  • Es un arbusto originario de la selva amazónica de Venezuela y el norte de Brasil, es una de las fuentes de cafeína más ricas del mundo. Las semillas de guaraná también son ricas en taninos y teofilina alcaloide de xantina y teobromina.
  • Se probó que la Damiana ayuda a la pérdida de peso cuando se la combina con la yerba mate y el guaraná, pues suprime el apetito y hace que usted se sienta más lleno de lo que realmente está.
    Se encuentra en México, América Central, las Antillas y América del Sur. Es conocido como un afrodisíaco femenino y masculino, y también como un suplemento para bajar de peso. Ayuda a acelerar el metabolismo del cuerpo y aumenta el nivel de energía. Principalmente, la damiana funciona como laxante, esto ayuda a eliminar los residuos del cuerpo.
  • yerba mate:es un árbol originario de los bosques tropicales de América del Sur. Es conocido por estimular la pérdida de peso y mejorar la salud cardíaca. También puede utilizarse como analgésico y potenciador de la energía.
  • El Acai es un fruto rojo que se encuentra en la selva brasileña y es ampliamente reconocido como un “súper alimento” que aporta muchos beneficios, entre ellos la pérdida de peso.
  • Resveratrol: Es un antioxidante que se encuentra en el vino tinto, las uvas y el jugo de uva, y se cree que ayuda a fomentar la resistencia, evitar el aumento de peso y mejorar la energía.
  • Extracto de granada: Derivada del arbusto o árbol de granada, se ha demostrado que este poderoso nutriente elimina triglicéridos peligrosos (grasa en sangre) antes de que se conviertan en un tipo de grasa que puede almacenarse en nuestras células adiposas.
    Esto es importante porque se demostró que los niveles bajos de triglicéridos reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y muerte a causa de un ataque cardíaco.
  • Ginseng siberiano: Ha sido usado durante siglos en países orientales como China y Rusia para evitar resfríos y gripes y también para aumentar la energía, la longevidad y la vitalidad, además de usarse para ayudar al cuerpo a lidiar con el estrés. Nuevos estudios demuestran que es muy eficaz para bajar de peso y para controlar la diabetes.

    Y, como he dicho, soy un tanto desconfiada, y he buscado información sobre la empresa. Es la misma que ha lanzado otro producto para bajar la tensión, en teoría, que se conoce como Levodyn, y del que hemos encontrado una queja de un organismo independiente del Reino Unido que controla la publicidad de un producto, ASA
    Y claro, también he buscado información sobre el médico que aprobaba el producto y que, curiosamente, encontramos una página donde podemos contratar sus servicios para que escriba sobre nuestros productos (Mark Weis, MD en elance.
    Todo ello hace que, un producto que por sus características me trasmitía cierta confianza al estar compuesto de sustancias de las que también hemos oído hablar anteriormente, me genere una cierta reticencia.
  • martes, 20 de septiembre de 2011

    IDEAS BÁSICAS SOBRE LA SEROTONINA

    En muchos artículos hemos mencionado a la serotonina como la hormona del bienestar, que según hemos leído, aumenta en cantidad cuando se incrementa el nivel de azúcar en sangre, con lo que nos suprime el deseo de ingerir hidratos de carbono.
    Me pregunto entonces, ¿qué es la serotonina? ¿No convendría tenerla a niveles altos para conseguir el bienestar y nos evite ese ansia de ingerir alimentos dulces? No debemos ir mal encaminados ya que hemos leído existen compuestos capaces de promover selectivamente liberación de serotonina como el caso de la fenfluramina, cuyo efecto farmacológico más notable es la disminución del apetito, por lo que se ha utilizado en dietas de adelgazamiento, aunque retirado por sus efectos secundarios. El hecho de que se hubieran retirado fármacos contra la obesidad que aumenta los niveles de serotonina y que disminuiría el impulso de alimento tiene que ver con el riesgo de lesión de válvula de corazón que pueden ocasionar. El medicamento herbolario conocido como hierba de San Juan, influye en los niveles de serotonina, tal y como hemos leído.
    ¿Qué es la serotonina? Es una amina que se localiza fundamentalmente en el sistema nervioso central, donde se comporta como neurotransmisor, en el tracto gastrointestinal y en las plaquetas.
    Se libera como consecuencia diversos estímulos, ya sean nerviosos, químicos, mecánicos.
    El precursor de la serotonina es el triptófano, un aminoácido esencial que lo tenemos que ingerir con la dieta, que es captado por las células y sufre un primer proceso de oxidación mediante la acción de una enzima que se conoce como triptófano hidroxilasa, después es decarboxilado, convirtiéndose en 5--hidroxitriptamina. Procesos químicos muy complicados para quienes tenemos olvidada ya la química orgánica.

    En el sistema nervioso central de los mamíferos la serotonina modulada temperatura corporal, el sueño, la presión arterial, algunas secreciones endocrinas, el apetito, la conducta sexual, aspectos motores, la conducta de emesis y el dolor.

    Juega un papel en la coagulación de la sangre, la aparición del sueño, la sensibilidad a las migrañas. El cerebro la utiliza para fabricar una conocida hormona, la melatonina.
    En el cerebro, la serotonina influye en otras neuronas, normalmente enlenteciendo su actividad. la medida en que la serotonina inhibe numerosas regiones del cerebro, las mismas regiones son desinhibidas cuando hay poca serotonina. El sistema de serotonina regula nuestro comportamiento, estados de ánimo y procesos de pensamiento. Cuando los niveles de actividad de serotonina están bajos, ello se asocia con mayor impulsividad, menor estabilidad y una tendencia reaccionar en exceso. La serotonina parece favorecer un comportamiento prudente, reflexivo y calmado. Una tasa baja si asocia a impulsividad, irritabilidad, agresividad e, incluso, el suicidio.

    Se sabe que las plaquetas almacenan serotonina y la liberan durante el proceso de coagulación sanguínea. Se ha podido comprobar que existe una relación entre la cantidad de serotonina las plaquetas y el número de puntos sensibles al dolor.
    La serotonina también está implicada en la saciedad, los niveles adecuados reducen la sensación de hambre, mientras que se ha detectado a nivel bajo de serotonina en depresión, alteraciones de la alimentación, en el dolor y los trastornos obsesivo compulsivos.
    Las personas de las cuales la serotonina está demasiado baja tienen la tendencia a volcarse de forma incontrolada sobre los alimentos, en particular, sobre los azúcares rápidos, helados, chocolates, etc. Los azúcares hacen subir rápidamente la tasa de serotonina en el cerebro y así estas personas compensan su carencia.
    Los desequilibrios se acentúan con régimen pobre en glúcidos o sustitutos de cenas con proteínas. La mejor estrategia consiste en incorporar de manera regular unos glúcidos complejos en la alimentación, de esta manera conseguimos mantener la serotonina a un nivel elevado, a la vez que se disminuye la sensación de apetito.
    La eficacia del magnesio se ve reforzada por la vitamina B6, que lo fijan las células. Pero esa vitamina es interesante por otro aspecto: es utilizada por el cerebro para fabricar más sustancias como la serotonina, de las que dependen la relajación, la sensación de bienestar y el sueño. La síntesis de serotonina necesita la presencia de las vitaminas B9 y B12.
    El déficit en vitamina B6 afecta a personas estresadas, ansiosas e irritables, entre los neurotransmisores más afectados por un déficit esta vitamina es la serotonina, que como ya hemos indicado es esencial en el control de ansiedad y de la tensión.

    domingo, 18 de septiembre de 2011

    LA DULCE TENTACIÓN DEL CHOCOLATE

    Durante bastante tiempo hemos estado hablando sobre distintas dietas, investigaciones o libros publicados.
    Hoy queremos dar una vuelta de 180°. Seguro que en algún momento has sentido la necesidad de saltarte las normas y prohibiciones, y dar un capricho a tu paladar. Puede ser que después, en lugar de sentirse feliz, te nazca un sentimiento de culpabilidad.
    Obviamente, si nuestro propósito es adelgazar, no debemos dejar aparcada nuestra dieta, ni continuar con unos hábitos alimenticios incorrectos.
    Pero, cuando estamos en esos días en los que una zanahoria o una manzana no sirve para levantarnos el ánimo, tal vez te convenga saber algunas de las propiedades del chocolate.
    No, no son manías, los nutrientes que nos aporta el chocolate nos transmiten sensación de bienestar, tal como nos explica Stéphane Clerget en su libro SOBREPESO EMOCIONAL.
    el chocolate está relacionado con la bioquímica de las emociones. El aporte de azúcar y de grasa que produce activa la secreción de serotonina, el ya citado neurotransmisor del bienestar (el mismo cuya tasa sube bajo el efecto de muchos antidepresivos). Además, el chocolate contiene triptófano, un aminoácido esencial presente en la composición de la propia serotonina. Asimismo, contiene tiramina, feniletilamina, cafeína y teobromina, que estimulan el sistema nervioso, facilitan el esfuerzo, aumentan la vigilancia y la eficacia intelectual, y tienen también un efecto antidepresivo. El chocolate aumenta las tasas de endorfina, la morfina natural que nuestro cuerpo fabrica especialmente después de hacer deporte y que posee un formidable efecto de descanso y de apaciguamiento de los dolores de todas clases. En su composición, también encontramos anandamina, el THC natural, un elemento parecido al que hace que para algunos la marihuana sea una delicia, aunque, no hay por qué asustarse, en dosis ínfimas. Por último el magnesio, sobre 30 sobrepeso emocional todo presente en el chocolate negro, tiene un efecto relajante sobre el sistema neuromuscular. Así pues, en el chocolate hay que tener en cuenta todos estos efectos emocionales producidos por los diferentes compuestos.
    Limitar la ingesta de chocolate, si este alimento representa una aportación calórica excesiva en la dieta diaria, implica, pues, elegir una alternativa que siga suministrándonos sus compuestos activos. Como alternativas posibles, pueden citarse el café, determinadas plantas (el hipérico, por ejemplo), el deporte u otras actividades placenteras que ponen en marcha la secreción de endorfinas y de feniletilaminas.

    Fragmentos extraídos del libro SOBREPESO EMOCIONAL de Stéphane Clerget

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    domingo, 11 de septiembre de 2011

    LA DIETA DE LOS 17 DÍAS (SEGUNDA PARTE)

    LA DIETA DE LOS 17 DÍAS está compuesta poco por cuatro ciclos, tres ciclos de 17 días y el último que es el ciclo de mantenimiento.
    El primer ciclo es el de aceleración. En este ciclo nos ayuda a sacar azúcares y grasas de nuestro cuerpo, pero no sólo eso, sino que también eliminamos toxinas.
    Para ello se limitan la cantidad de carbohidratos ingeridos eliminando alimentos como el pan blanco, arroz, patatas y pasta. El chocolate y otro tipos de dulces tampoco están permitidos.
    Con esta medida nuestro cuerpo puede metabolizar y aprovechar la propia grasa que tenemos depositada en nuestro cuerpo.
    Durante el primer ciclo podremos disfrutar de comidas de alto contenido de proteínas. Pescado, huevos, potro... y vegetales como brócoli, cebollas, tomates, col, pimientos, espinacas son sólo algunos pocos.
    Este tipo de verduras nos ayudan a limpiar la sangre, el hígado y los intestinos de toxinas y células grasas indeseables.
    Dos porciones de frutas con bajo contenido en azúcares como manzanas, peras, uva roja y todos de bayas. Estas frutas son bajas en calorías pero ricas en fibra y agua.
    Otros alimentos como el yogur bajo en grasa con bifidus, requesón... nos ayudan a limpiar el sistema digestivo.

    El segundo ciclo es el de la activación. Se trata de restablecer nuestro metabolismo mediante una estrategia que incluye el aumento la disminución del consumo calórico para estimular la quema de grasas y evitar los estancamientos. Muchas dietas nos ayudan a empezar el cambio pero el cuerpo se adapta fácilmente y entonces perder peso se hace cada vez más difícil. Este ciclo previene que esto suceda.
    Durante este ciclo continuamos comiendo todos los alimentos del ciclo anterior y añadimos otros más.
    Podremos agregar a nuestra comida marisco, cortes magros de carne de res, cerdo y cordero. Habas, guisantes, maíz, calabazas... están permitidos durante esta fase. Caldos bajos en sodio, salsa light de soja, salsa de tomate

    El ciclo tres es el de lograr. Se trata de desarrollar buenos hábitos alimenticios mediante la reintroducción de otros alimentos hasta conseguir el peso meta.
    Durante el primer y segundo ciclo nuestro peso bajara de forma más rápida mientras que en este el descenso será más lento. Es normal. Durante esta fase podremos perder algo de peso pero lo más importante es que nos ayuden a a empezar el proceso de mantenimiento de nuestro peso deseado.
    Podremos añadir alimentos como pasta, pan integral, fruta y snacks. También podremos disfrutar un día de una bebida con alcohol si lo deseamos.
    Sin embargo no recuerdan que el alcohol provoca que acumule más líquidos, de manera que no es lo mejor para esta dieta.
    Muy importante también es tener en cuenta el tamaño de las porciones, que deben ser pequeñas, quitar la piel, podemos comer los juegos que queramos pero intentando no comer más de cuatro yemas por semana.
    Disfrutar de frutas, ya sea fresca, congelada o en conserva, pero no tiene que contener azúcar.
    ¿Más consejos? Comer despacio y saborear los alimentos. Aumentar nuestro ejercicio físico a 30 minutos por sesión.

    Pasaremos entonces a la última fase, el ciclo cuarto. Debemos haber conseguido nuestro propósito después de los ciclos anteriores, ahora deberemos mantener los resultados obtenidos. Con el ciclo cuatro deberemos mantener nuestro peso a través de un programa de alimentación que nos permite disfrutar de la comida favorita en los fines de semana y comer de forma saludable durante la semana.
    ¿Cuanto tiempo durará esta fase? Siempre.

    Además nos dicen que gran parte del peso que perdemos es agua. El peso del agua puede ocultar cosméticamente la pérdida de grasa y ser muy frustrante. En lo que respecta a la salud, la retención de líquidos puede forzar el corazón. Cuando el cuerpo retiene agua, significa que hay más agua en la sangre y el corazón tiene que trabajar más para bombear todo ese volumen extra. Una vez que hay parecido todo ese exceso de líquidos también desaparecerá la hinchazón. Empezarás a estar visiblemente más delgado en tres o cuatro días. Y lo más probable es que te sientas mucho más ligero y más motivado para tener cuidado con lo que comes.

    Basado en el libro LA DIETA DE LOS 17 DÍAS, escrito por Mike Moreno.

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    viernes, 9 de septiembre de 2011

    LA DIETA DE LOS 17 DÍAS

    Entre las últimas novedades de la editorial Aguilar nos encontramos la versión española de LA DIETA DE LOS 17 DÍAS, libro escrito por el Dr. Mike Moreno, y del que se ha hablado por la red durante todo este año.
    El título nos parece tentador, sabemos que para todos los que queremos bajar de peso, una de las razones por las que se abandonan las dietas es el aburrimiento, no sólo por no poder comer cierto tipo de alimentos sino por lo largo que se vuelve.
    Es por eso que hemos querido investigar, 17 días es un plazo muy asequible para prácticamente todo el mundo.
    Lo primero que hemos leído en la reseña de la editorial es que es una dieta que no depende de una escueta lista de alimentos permitidos, de ejercicio físico extenuante ni de recuento de calorías que nos dejan hambrientos y frustrados. Al mismo tiempo nos hablan de moderación y un tamaño adecuado, además de averiguar cuáles son los alimentos y el tipo de ejercicio que mejor se ajuste a nuestra vida real.
    Por otro lado, en la red encontrado distintos artículos en los que se indicaba que en esta dieta se prohibía el azúcar y alimentos procesados. ¿No os suena ya eso?
    En fin, como es una dieta que está en boga, vamos a recoger algunos puntos para que conozcamos un poco mejor en qué consiste LA DIETA DE LOS 17 DÍAS.

    Resumiría la dieta de los 17 días en dos palabras: resultados rápidos.
    Dependiendo del peso que tengas y de tu metabolismo, podrías perder de 4 a 5 kilos en los primeros 17 días. Naturalmente, cuanto más lejos estés de tu peso ideal, más perderás al principio.

    Esta dieta está diseñada para producir resultados rápidos, no porque te haga pasar hambre para bajar de talla, sino porque su cuidadoso equilibrio de alimentos y ejercicio ajusta metabólicamente el cuerpo para quemar grasas día tras día.
    Otra cosa importante: el periodo de pérdida de peso de esta dieta se limita únicamente a 17 días cada vez para que no te desmoralices con la idea de hacer dieta durante un sinfín de meses.
    Tampoco tendrás tendencia al estancamiento, como sucede a menudo con otras dietas. La dieta de los 17 días hace que el cuerpo y el metabolismo siempre estén tratando de adivinar. Esto es lo que llamo «confusión del cuerpo». En cada ciclo de 17 días cambian las calorías y los alimentos que se comen. Al variar estos factores se evita que el cuerpo se adapte a ellos, por lo que es más difícil que la báscula se estanque. Y otra ventaja: no te aburres nunca.
    Al final de los 17 días entrarás en un segundo ciclo de 17 días, después en un tercero y por último en el ciclo de estabilización del peso, durante el que podrás comer una mayor variedad de alimentos, incluidas tus comidas favoritas, dentro de lo razonable...
    Tienes que dejar de comer alimentos no saludables. Tienes que comer verduras, fruta y carnes magras. No te voy a pedir que investigues tu yo interior ni que descubras ocultas razones emocionales por las que estás gordo. Pero sí te voy a pedir que reduzcas las porciones, que disminuyas la ingesta de alimentos grasos, azucarados y salados, y que muevas el trasero. No te vas a desmayar de hambre, ni te dará por ir a la cocina a medianoche a comer chucherías o galletas. Seguro que puedes hacerlo, porque todo el mundo puede hacer cualquier cosa durante 17 días.
    Se basa en algunos principios muy simples, uno de los cuales es comer alimentos que favorecen la quema de grasas y ayudan al sistema digestivo.
    Quiero recalcar que el exceso de peso es siempre un indicio de desequilibrio nutricional y metabólico. En contra de la creencia popular, no se trata estrictamente de cuánto ejercicio se hace y cuánta comida se ingiere. Más bien es cuestión de qué tipos de alimentos se comen y de cómo se digieren, se asimilan y se metabolizan. Si alguno de estos componentes de la buena nutrición está en peligro, el cuerpo no estará debidamente alimentado a nivel celular, la función metabólica se verá afectada y se acumularán las toxinas. Por consiguiente, para perder peso con rapidez tenemos que optimizar la digestión y el metabolismo. Eso es exactamente lo que hace la dieta de los 17 días.Después de los primeros 17 días hay otros 17 días más, y luego otros 17, tres ciclos en total, más un ciclo de mantenimiento en el que podrás comer lo que te dé la gana, sobre todo los fines de semana.



    Texto recogido en el libro LA DIETA DE LOS 17 DÍAS, escrito por Mike Moreno.

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    sábado, 3 de septiembre de 2011

    CAFEFIT: EL CAFÉ ESPECIAL QUE AYUDA A ADELGAZAR Y SUPRIME EL APETITO

    He tenido que recorrer al buscador porque recordaba que en algún artículo me preguntaba por qué el café no podía servir para adelgazar.
    En aquel momento me parecía un buen ejemplo cuando intentábamos dar nuestro punto de vista sobre la L-carnitina, por ejemplo, en el artículo ¿REDUCTORES DE PESO... O UNA ILUSIÓN?
    En el mismo se hacía mención también de la cafeína y me preguntaba si podíamos adelgazar tomando café.
    Asimismo, encontrábamos un reductor hecho con grano de café verde que en teoría ayudaba a reducir de forma significativo en el almacenamiento de grasas, disminuyendo por tanto el volumen, en una de las tiendas online de productos cosméticos hechos a base de elementos naturales que más confianza nos proporciona, Bottega Verde, especialmente por sus precios asequibles.

    Claro que por otro lado la mayoría de dietas, no lo prohíben, pero sí lo moderan porque la cafeína estimula la secreción de insulina por parte del páncreas, lo que supondría tal como hemos explicado en diferentes artículos, que al aumentar la cantidad de insulina recorriendo nuestra sangre, captando la glucosa y guardándola en forma de depósitos de grasa.

    ¿Puede ser efectiva la dieta del café? Hemos encontrado por Internet cafefit, un producto hecho con una mezcla de café arábigo cosechado en regiones de América Latina y vitaminas de alta calidad y suplementos, que por un lado nos ayudaría como supresor del apetito y por otro promovería la pérdida de peso mediante el aumento de oxidación de la grasa, es decir, actuando como quemagrasa.
    Entre otras razones para emplear este producto nos nos dicen que además ayuda a aumentar el metabolismo, proporciona antioxidantes... además de tener un buen sabor.
    Según ellos, la cafeína provoca un proceso natural en el organismo, la termogénesis, que quema la grasa mediante el aumento de la temperatura del cuerpo, lo comparan con el proceso que ocurre durante una sesión de ejercicios.


    Utilizan una fruta oriunda de la india y otras partes de Asia, la Garcinia cambogia, que contiene ácido hidroxicítrico y que actuaría como supresor del apetito. Además agregan un suplemento dietético de Citrus aurantium que contiene un aminoácido natural, la tiramina, que aumenta los niveles de adrenalina y la termogénesis.

    Además nos presentan otras mezclas como Immune Buider Blend, un Café repleto de vitaminas, que estimularía nuestro sistema inmunológico contra las enfermedades. Este café contiene importantes vitaminas como la vitaminas C, E, B1, B2 y la equinácea, además de niacina, biotina y zinc.

    martes, 30 de agosto de 2011

    ÚLTIMAS INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON LA SUPRESIÓN DEL APETITO

    Un estudio publicado en en Journal of Clinical Investigation, basado en un estudio realizado por la Universidad Thomas Jefferson, apuesta porque el receptor hormonal guanilato ciclasa C podría ayudar en la lucha contra la obesidad ya que modificaba la sensación de hambre en los ratones, además de actuar como supresor en tumores de cáncer del rector y colon.
    Como podemos leer en la página de el diario médico, en la investigación trabajaban con dos grupos de ratones, unos deficientes y otros no.
    Cuando los ratones ingerían la comida, descubrieron que el intestino liberaba hormonas en el torrente sanguíneo, no sólo dentro del intestino, sino también hasta el cerebro, donde los receptores hormonales fueron provocados.
    Los ratones que eran deficientes en esta hormona no recibían el mensaje conforme el estómago estaba lleno y no dejaban de comer.
    Aunque es muy pronto para concluir nada, el estudio podría dar a comprender que sería posible que las personas obesas no tengan el receptor o las suficientes hormonas para activarlo.

    Otro de los artículos publicados también en diariomédico sobre otra investigación llevada a cabo la facultad de medicina de Yale (Estados Unidos) y publicado en Nature Medicine, nos habla de que según las investigaciones, la elevación en el hipotálamo de niveles de radicales libres actúan de forma directa o indirecta suprimiendo el apetito en los ratones obesos, activando las neuronas que promueve la saciedad.
    Claro que por otro lado siempre hemos oído hablar de que los radicales libres afectan en nuestro organismo, dañando las células y acentuando el envejecimiento.
    Se recoge en el texto que: en respuesta a un continuo exceso en la dieta, un mecanismo celular impide la generación de estos radicales libres. Mientras que este mecanismo supresor de radicales libres -promovida por el crecimiento de orgánulos intracelulares llamados peroxisomas- protege a las células contra los daños, reducirá la capacidad para sentirse saciado al comer", afirma Sabrina Diano, autora principal del estudio.
    Según la investigación, después de que los ratones comieran, los niveles de leptina y glucosa subían, asimismo también lo hacían los niveles de radicales libres.


    Por ahora son sólo estudios, debemos cogerlos con pinzas.
    Sin embargo, me suscita una pregunta. ¿Qué alimentos son los que liberan mayor cantidad de radicales libres? Seguro que hemos oído hablar que frutas y verduras, entre otros alimentos, ayudan a combatir la oxidación de nuestras células, combaten los radicales libres, importante acción contra enfermedades como el cáncer. ¿Son realmente sacientes?
    En un libro que leí se mencionaba que era preferible comer primero las proteínas antes que los hidratos de carbono ya que se conseguía saciedad con mayor rapidez que no haciéndolo al revés.
    Una comida con grasa, seguro que nos guardara hartura durante más tiempo que no ingiriendo un simple gazpacho. Quizá de alguna forma guarda cierta relación con los resultados de esta investigación

    domingo, 14 de agosto de 2011

    LA FIBRA: ¿QUÉ MÁS DEBEMOS SABER?

  • Se considera que la cantidad ideal de fibra que se debe consumir a diarios ronda los 30 a 35 g. Cantidades mayores pueden plantear dificultades en la absorción de determinados minerales como calcio, magnesio, hierro y zinc, especialmente si hay cantidades importantes de ácido fítico, abundante en los cereales.
  • Las mucosas digestivas de niños así como en trastornos del tubo digestivo como gastritis, úlceras gastroduodenales, colitis ulcerosa y colon irritable, pueden resentirse de los efectos irritantes de la fibra.
  • Cuando consumimos la fibra en forma de caldo, jugo o agua, al presentarse de forma hidratada, aumenta la efectividad de la fibra.
    Sin embargo, como puede interferir la absorción del calcio se recomienda no consumir las con productos lácteos.
  • Algunas fibras estimulan la capacidad de concentración del rendimiento mental. Entre ellas nos encontramos la levadura de cerveza que proporciona cantidades considerables de algunas de las vitaminas del grupo B, el germen de trigo que es la parte del grano donde se concentran micronutrientes como la vitamina E, y la lecitina que favorece al sistema nervioso, cerebro y la memoria.
  • Los alimentos ricos en féculas que se asimila más despacio son las legumbres y pasta. Las primeras, porque su almidón en partículas grandes y su especial contenida en fibra precisan una digestión más lenta. La pasta, porque se forma una red de gluten alrededor del almidón.
    Las pastas bien amasadas y cocinadas al dente no engordan. La explicación es que a diferencia de lo que ocurre cuando se ingieren azúcares refinados, donde el cuerpo recibe un impacto grande no sabe bien cómo manejarlo, las pastas van liberando glucosa poco a poco.
    La secreción de insulina será menos elevada.
    Tampoco debemos olvidar que el aporte energético total ingerido y un consumo elevado de grasas resultan aún más decisivos.
  • Los cardiólogos consideran la lecitina de la soja una aliada contra problemas vasculares y disminuir niveles altos de colesterol malo. La lecitina de soja emulsión a las grasas a nivel hepático para que sean absorbidas convenientemente sin generar los temidos depósitos grasos.
    Reduce el colesterol malo e incrementa el bueno, se comporta como una especie de jabón arterial que limpie y destapa las arterias. Así previene enfermedades del corazón y dolencias derivadas de la mala circulación como arterioesclerosis, hipertensión arterial o trombosis.
    Fuente: Dieta de las fibras: la fórmula anti-kilos más efectiva, duradera y natural, Escrito por Mara Iglesias
  • jueves, 11 de agosto de 2011

    BENEFICIOS DE LA FIBRA EN LA DIETA

    En el campo de la nutrición se reconoce que el papel regularizador del tránsito intestinal que tiene la fibra es nuestro organismo.
    Posteriormente se descubrió otra serie de beneficios como el que reducen el colesterol, protejan el corazón, colaboran en el control de la diabetes y previenen el cáncer. Pero además, no es algo que ahora nombremos por primera vez, se cree que ayuda a bajar de peso de una manera natural.


    Las fibras poseen un volumen capaz de triplicarse como consecuencia de la absorción de agua. Esto produce el efecto de asociarse rápidamente ya que el cerebro sabe que el estómago está ocupado y, en consecuencia, el apetito disminuye, lo que permite bajar de peso.
    Al mismo tiempo aumenta la velocidad de flujo de los alimentos ingeridos, en especial durante el tramo intestinal, con lo que se evita que los alimentos permanezcan durante mucho tiempo, con lo que también disminuye los aportes calórico de los alimentos al organismo.
    Restablecer el equilibrio entre sustancias nutritivas y fibra lo que posibilita la rápida normalización del primo del funcionamiento del aparato efectivo.
    Además, mantener una presencia constante de celulosa (un tipo de fibra) dentro del organismo no asegura un nivel bajo del colesterol malo, el tipo LDL.

    No es la primera vez que hablamos del papel de la fibra, podemos remontarnos al artículo UNA ALIADA EN NUESTRA DIETA: LA FIBRA donde además de definir los distintos tipos de fibra, ya hablábamos que la fibra podía inhibir la función de enzimas pancreáticas que colaboraban en la digestión de carbohidratos, lípidos y proteínas.

    Pero nos parece un tema lo suficientemente interesante para seguir profundizando sobre él.

    En realidad, ¿por qué son tan importantes las fibras?
    La fibra representa la porción de alimentos que no se digiere en el tracto intestinal simplemente porque el ser humano no tiene las enzimas para romper sus moléculas y, como además tienen una gran capacidad de absorber agua, se hinchan.
    Con ello lo que se consigue es que la fibra aumente el volumen de las heces, favoreciendo el movimiento intestinal (peristaltismo), y por consiguiente también tendremos una mejor y rápida evacuación.
    Una alimentación rica en fibras asegura una buena limpieza intestinal y evita el estreñimiento y todos los problemas que conlleva.
    El consumo diario debe rondar los 20 a 40 g de fibras, lo cual se obtiene mediante una dieta que incluye frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
    Como habíamos comentado en el artículo anterior, la inclusión de fibras debe hacerse de forma paulatina de que en caso contrario puede causar inflamación en el intestino y gases.
    También dividíamos las fibras en dos grupos: indigeribles, que supondría la capa externa del vegetal y que, como su nombre indica, al no ser digeridas, aumentarían el volumen de las heces, incrementan la sensación de saciedad... y cuando se hidratan suelen encerrar en su estructura a otras moléculas que pueden ser de grasas y azúcares, de manera que retardarían y/o disminuirían la asimilación de sus nutrientes; las solubles, que influirían en el descenso del colesterol.
    BENEFICIOS DE LA FIBRA:
  • El hígado es el laboratorio del cuerpo humano, allí se producen miles de reacciones químicas. Algunas sintetizan las sales biliares que se acumulan en la vesícula biliar y que se segregan cuando comemos alimentos de todo tipo para digerirlos bien. Esta sales biliares, que necesitan colesterol para formarse, salen al intestino y permiten digerir junto con otros jugos gástricos los alimentos.
    Concluida su función, ya en el colon, será reabsorbida nuevamente y pasará al hígado a través de la sangre. Es lo que se conoce como ciclo enterohepático.
    Pero como hemos dicho, las fibras captan el colesterol de la dieta y de las sales biliares y se elimina por las heces.
    Aumentar el consumo de fibra a 30 o 35 g puede disminuir entre un 10 o un 20% los niveles de colesterol en sangre.
    El betaglucán es una fibra soluble presente en la avena, definida como fibra interna, y cuya ingesta reduce el colesterol en sangre. La acción del salvado de avena se potencia cuando sereduce el consumo de grasa y de colesterol.
    También son útiles para reducir el colesterol la goma guar y la pectina, pues inhiben la síntesis del colesterol en el hígado.
  • Al producir mayor volumen en el intestino, las fibras mejoran la evacuación y ayudan en el tratamiento y prevención de la constipación y otros problemas intestinales como hemorroides, aparición de diverticulos y el síndrome de colon irritable.
  • La hernia de hiato puede prevenirse a través del consumo adecuado de fibra.
    El aumento de la presión del abdomen causada por el estreñimiento, entre otros factores, origina la distensión del anillo del hiato, que empuja las paredes del estómago hacia el tórax. Consumir fibra incrementa la frecuencia de las deposiciones y el peso de las heces, lo que disminuye esta presión.
  • investigadores han demostrado que la goma de guar (un tipo de fibra soluble) tiene una notable aplicación de la diabetes, con lo que se logra reducir la necesidad de insulina o de otros medicamentos.
    Aseguran que reduce la velocidad de absorción intestinal de la glucosa con lo que se evita aumentos bruscos de azúcar en sangre.
    Un punto muy interesante para todas aquellas dietas que lo que evitan es que existan picos altos de glucosa.
  • Comer una dieta baja en grasas y rica en fibras, especialmente granos enteros y cereales de salvado, puede reducir la aparición del cáncer de colon.
    La fibra al aumentar la masa del contenido intestinal, además de acelerar el tránsito por el colon, diluye las sustancias químicas cancerígenas que pudieran haber. Por otro lado, se cree que una ingesta desmedida de grasas también favorece el desarrollo de cáncer de colon. Como la primera ayuda a absorber y eliminar algunos ácidos biliares, también tendría un efecto positivo desde esa perspectiva.
    Según estudios, el licopeno, que podemos encontrar en el tomate, se asocia con prevención de cáncer de pulmón y de próstata. Al contrario de lo que ocurre con otras verduras, que consideramos sus propiedades cuando están crudas, el tomate es mejor si está cocido. El calor durante la cocción favorece la liberación de licopeno desde la pared celular del tomate.
  • En la boca, para deshacer la fibra es necesario una buena masticación y de esa manera se consigue también un mayor flujo de saliva. Eso ayuda a mantener los dientes limpios de partículas de alimentos, previene la caries y reduce la incidencia de enfermedades gingivales y periodontales.

    Fuente: Dieta de las fibras: la fórmula anti-kilos más efectiva, duradera y natural, Escrito por Mara Iglesias
  • domingo, 7 de agosto de 2011

    IDEAS BÁSICAS SOBRE EL TIPO DE GRASAS

    Hemos hablado de los carbohidratos y, aunque no es la primera vez, hoy nos vamos a referir a las grasas, porque tampoco todas son iguales, algunas son saludables y otras perjudiciales.
    Seguimos tomando como referencia el libro ULTRAMETABOLISMO: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO.

    Las grasas buenas comunican mensajes de salud y pérdida de peso; las grasas malas comunican mensajes insalubres que contribuyen al aumento de peso.
    Para comunicar los mensajes, las moléculas de las células grasas se unen a uno receptores especiales en el núcleo de las células llamados PPAR. Los diferentes tipos de grasas interactúan con este receptores de diferente manera. Las grasas buenas, al contrario que las malas, hacen que nuestros genes incrementen el metabolismo, ayudan a quemar grasa y evitan que se produzca una resistencia a la insulina (es una condición donde se desarrolla una tolerancia a la insulina y se produce en exceso, razón por la que se tiende a comer excesos de azúcares y carbohidratos malos). Hay que ser sensible a la insulina, no resistente a ella.
    En definitiva, más importante que la cantidad de grasa que ingerimos es el tipo de ella. Una dieta baja en grasa puede que no nos haga perder peso sino consumimos las adecuadas, las buenas, las que estimulan la pérdida de peso.
    Las grasas esenciales omega 3 son unas de las grasas buenas y que encontramos en alimentos como el pescado, semillas de linaza y las nueces, que mejoran y amplía nuestro metabolismo y promueven la pérdida de peso.
    El pescado es la base fundamental de este tipo de grasa pero, no hace mucho que salió publicado también en medios de comunicación, pescados depredadores grandes como el atún o el pez espada acumulan más cantidad de metales pesados como el mercurio, ambos altamente tóxicos, por lo que nos aconsejan mejor el consumo de pescado silvestre, incluido el salmón, los aparentes, sardinas y anchoas frescas, procurando evitar es que no haya sido criado orgánicamente.
    En la dieta mediterránea es indudable el papel fundamental que juega en aceite de oliva y que forma parte del grupo de grasas monosaturadas. El consumo de aceite de oliva reduce la inflamación, incrementa la inmunidad y contiene poderosos antioxidantes llamados fenoles. Reduce la presión arterial y el azúcar en sangre, baja el colesterol y «adelgazar la sangre», se recoge en el libro
    Además no cuenta con efectos adversos que se asocian a grasas saturadas, grasas trans o los aceites vegetales poliinsaturados Omega 6.
    Algunos ejemplos de alimentos con grasas monosaturadas son, además del aceite de oliva, las avellanas, las almendras, nueces de Brasil, castañas, aguacate, semillas de sésamo y de calabaza.

    Pero en este libro también nos aporta una visión algo diferente a la de otros autores. Se nos dice que aunque muchas de las grasas saturadas son malas, dado sus efectos en el colesterol LDL, alguna es buena.
    Las glándulas mamarias humanas producen muchas grasas saturadas que son necesarias para el crecimiento y el desarrollo del niño. El cerebro humano está compuesto de grasa en el 60%, incluidas una grasa saturada especial llamada ácido laurico, grasa que se encuentra en la leche materna y que ayuda a incrementar la función inmune y a matar virus y hongos, y grasas omega 3. Estos grasas forman parte de las membranas de las células y se utilizan como fuente principal de energía para las células del corazón.
    Debemos reducir las fuentes de grasa procedente de carne, cerdo, Cordero... y aunque el consumo debe ser mínimo, no superior al 5% del total de calorías, nos aconsejan el consumo de fuentes altas en ácido laurico como son los productos derivados del coco.

    En pequeñas dosis, necesitamos un grasas poliinsaturadas sin refinar omega 6, que podemos encontrar en él la aceite de semilla de uva, aceite de girasol, aceite de sésamo o ajonjolí... el problema es que la mayoría de productos que podemos conseguir por ejemplo bajo la denominación de aceites vegetales, maíz, soja... son refinados y no favorables.

    Un error de percepción común es que los huevos contienen mucha grasa saturada. El huevo promedio sólo tiene 2 g y los nuevos huevos Omega 3 tienen menor cantidad. Los huevos contienen colesterol, sin embargo, la cantidad de colesterol en los alimentos están mínima que no tiene efectos significativos en su colesterol sanguíneo. Los huevos son una buena fuente de proteína sino somos alérgicos. Otro ejemplo, los mariscos también tienen colesterol pero mínima grasa saturada.
    COMER COLESTEROL NO LE INCREMENTA EL COLESTEROL, el colesterol en la sangre se crea a partir de grasas saturadas y azúcares o carbohidratos refinados.

    Entre las grasas más peligrosas nos encontramos las elaboradas por el hombre: son las falsas "grasas trans" o grasas parcialmente hidrogenadas.
    Estos grasas se obtienen cuando se añade hidrógeno al aceite vegetal para convertirlo en una grasa más sólida y la encontramos en la manteca vegetal, algunas margarinas, dulces, alimentos fritos, alimentos horneados, alimentos en paquetes, aderezos de ensalada y otros elementos procesados.
    Según se recoge en el libro, son tóxicos, bloquean el metabolismo, hacen aumentar de peso y también aumentan el riesgo de diabetes, enfermedad coronaria y cáncer.
    Se encuentran en casi todos los alimentos procesados u horneados porque nunca se dañan, no se vuelven rancias como la mantequilla o el aceite vegetal normal. Deberíamos no consumirlos.


    Tomamos como fuente el libro ULTRAMETABOLISMO/ULTRAMETABOLISM: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO AUTOMÁTICAMENTE escrito por Mark Hyman, Maria Candelaria Posada

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    sábado, 30 de julio de 2011

    LOS CARBOHIDRATOS BUENOS

    ¿Son todas las calorías iguales? Según explicamos en un artículo anterior basado en el libro ULTRAMETABOLISMO: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO la clase de calorías que nosotros consumimos tienen un gran impacto sobre nuestro peso ya que cada alimento se metaboliza de manera distinta, ejercer un efecto directo sobre el cómo funciona nuestro metabolismo.
    Tal como nos decía su autor: los alimentos les hablan a los genes.

    Siguiendo esa idea, podríamos preguntarnos ¿son todas las grasas iguales? ¿Son todos los carbohidratos iguales?
    La respuesta me parece un tanto lógica: no. No es la primera vez que expongo esa idea, por ejemplo, para rebatir el concepto o el mito que asegura que cenar hidratos de carbono engorda. ¿Son equiparables unos macarrones con una lechuga?

    «Los carbohidratos son el alimento más importante en nuestra dieta para mantener una buena salud a largo plazo. Sin carbohidratos no duraríamos mucho. Los carbohidratos que se encuentran en estado natural, contienen la mayoría de los nutrientes esenciales y químicos especializados que nos mantienen saludables y que activan el metabolismo»,
    se recoge en el libro.
    Sin embargo, en lo que se basa, no sólo este autor, es en el hecho de que nuestro organismo no ha tenido tiempo para evolucionar a los cambios alimenticios a los que ahora le sometemos ya que la gran mayoría de productos que consumimos están hecho con carbohidratos procesados y refinados que enlentencen nuestro metabolismo y contribuyen a que aparezcan enfermedades asociadas con el envejecimiento como sería la diabetes, enfermedad coronaria, la demencia y el cáncer.
    Personalmente no sé si esta idea es un tanto extremista ya que llega a hablar de la «amenaza blanca» refiriéndose a la harina y azúcar blanco, pero resulta interesante tener en cuenta.
    La recomendación sería inclinarnos por el consumo de carbohidratos buenos, es decir, aquellos que contienen fitonutrientes.
    ¿Qué son los fitonutrientes?
    Son químicos curativos de las plantas y se encuentran sólo en ciertos tipos de carbohidratos, en alimentos vegetales. La única manera de proporcionar a nuestro cuerpo esa sustancia es comer vegetales enteros y sin procesar.
    Los fitonutrientes ayudan a activar los genes que hacen quemar grasa y envejecer más lentamente. Son la fuente de los antioxidantes más poderosos de la naturaleza y reducen el estrés oxidante. Con ello conseguimos reducir la inflamación y el cambio de las mitocondrias, factores que alteran el metabolismo.
    ¿Dónde se encuentran los fitonutrientes? En los vegetales en estado no adulterado: frescos, enteros, sin procesar; verduras, frutas, nueces, frijoles o vistantes, semillas, granos enteros...
    Cada día se descubren en los alimentos más fitonutrientes que defienden de las enfermedades. He aquí algunos ejemplos: isoflavones en alimentos de soja, lignanos en las semillas de linaza, catequinas en el té verde, polifenoles en la cocoa, glucosinolatos en el brócoli, carnosol en el Romero, resveratrol en el vino rojo.
    Entre mayo varios y color más profundo de los alimentos vegetales, mayor será la concentración de fitonutrientes y mayor el poder para prevenir la enfermedad y promover la pérdida de peso.
    Cuando los carbohidratos son procesados, muchas de sus propiedades fitonutritivas se eliminan. Esta es una de las razones por las que los carbohidratos procesados son malos, ya que básicamente son calorías vacías, carentes de vitaminas, minerales y fitonutrientes.
    En líneas generales, según nos dice su autor, para conocer qué alimentos tienen un alto índice de fitonutrientes serían todos aquellos que al mismo tiempo cumplen con el concepto que cada vez ha tomado más fuerza, se trata del índice o carga glucémica.


    Tomamos como fuente el libro ULTRAMETABOLISMO/ULTRAMETABOLISM: UN PLAN SENCILLO PARA BAJAR DE PESO AUTOMÁTICAMENTE escrito por Mark Hyman,Maria Candelaria Posada

    lunes, 25 de julio de 2011

    ALGUNAS IDEAS SOBRE LA OBSESIÓN DE COMER

    Nacemos sabiendo comer. Sentimos hambre, lloramos y nos alimentan. Mediante infinitas secuencias de sentir hambre y recibir alimento, tomamos contacto con el mundo y aprendemos que este satisface nuestras necesidades con seguridad. Muy pronto en la vida, la alimentación y la calma están indisolublemente ligadas.
    [...] Los consumidores por ansiedad utiliza la comida más como una medicina o un socorro que como un elemento nutritivo.
    [...] La curación del hábito de comer compulsivamente requiere ubicar el alimento donde corresponde, proceso que denominamos «exigir la alimentación de adultos».

    Nuestro plan para curar el hábito de comer por ansiedad consta de tres partes. La fase 1 se llama "liberación".
    Debemos abandonar el síndrome del «si pudiera», eso significa aceptar nuestro cuerpo en su condición actual y vivir como si nunca fuéramos a perder un solo kilo.
    No es la resignación lo que se recomienda, no sugieren que aprendamos a vivir la vida cualquiera que sea nuestro peso... la aceptación de su peso actual como el primer paso hacia lograr un cambio real y duradero.
    La aceptación no implica un autoengaño. Supone llegar a un acuerdo sobre las cosas como son. Cuando ustedes se acepta, simplemente dice: así soy ahora. Ignoro lo que me deparará el futuro. Sé que si quiero cambiar, primero tengo que sentirme tan cómodo como me sea posible con mi estado actual.
    La fase dos se llama "alimentación consciente", en la que descubriremos cuándo y qué y cuánta comida requiere nuestro organismo. Señala las diferencias entre hambre fisiológica y psicológica y enseñar a evolucionar gradualmente hacia la alimentación a requerimiento del organismo. La tercera se conoce como "encuentro consigo mismo", nos muestra cómo utilizar la señal de lo que denominamos hambre de boca, para comprender nuestra vida emocional.

    Aunque las dietas pueden ser necesarias, no son inocuas. Una dieta constituye un paso serio, porque lo que no se comprende fácilmente es que todo régimen está arraigado en sentimientos negativos acerca de si mismo, sentimientos que van desde la desaprobación al desagrado, al disgusto, al desprecio, al odio a sí mismo. La dieta inspira los excesos. Los excesos dan por resultado sentimientos aún más negativo sobre sí mismos, y el ciclo recomienza...
    [...] la mayoría de los que rebajan de peso con una dieta lo recuperan con creces en menos tiempo del que les llevó perderlo. En una palabra, después de las privaciones de la dieta, caen en los excesos... A mayores restricciones de la dieta, mayores los excesos que la siguen.
    Cada vez que usted exhibe un régimen, su metabolismo se hace más lento, con el propósito de almacenar grasa. Cuanto más tiempo continúa con su régimen, más lentamente funcionará su metabolismo, y con cada dieta se hace más difícil, si no imposible, perder peso.
    ... descubrió que el movimiento de vaivén de las dietas incrementa la actividad de una enzima que favorece la acumulación de grasa. Los ciclos de abandono de recomienza de dietas aumentan, en forma demostrable, la gordura del cuerpo.
    [...] Cuando usted restringe el alimento porque les agrada su propio aspecto en el fondo se está castigando. Se dice que está comiendo demasiado, que se está portando mal, que debe controlarse. La dieta es el castigo por su comportamiento "fuera de control".
    Los regímenes son, fundamentalmente, confinamientos muy similares a una prisión en los que siguen las dietas,, los prisioneros, cuentas el tiempo que les falta para ser libres. Todos los prisioneros tienen en común una fantasía: la rebeldía. Independientemente de la voluntad con la que ha ingresado los límites de la dieta, el que la sigue, al cabo de cierto tiempo, reciente malhumorado y comienza a pensar cómo desligarse de ella.
    [...] todos los que han tenido éxito con una dieta descubren que después del regocijo inicial para mantener la línea, la vida sigue estando llena de problemas aunque se haya adelgazado. Este descubrimiento, unido a las privaciones que impone la dieta, es un incentivo adicional para llegar a los excesos que hacen perder todo lo ganado.



    Texto recogido en el libro LA OBSESIÓN DE COMER, escrito por Jane R. Hirschmann y Carol H. Munter.

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    sábado, 23 de julio de 2011

    ¿ERES UN CONSUMIDOR COMPULSIVO?

    ¿Por qué comer si no tenemos apetito?
    Ésa es la pregunta fundamental que nos formulan en el libro LA OBSESIÓN DE COMER. Si lo pensamos bien, comer es un acto fisiológico, necesitamos aportar energía a nuestro cuerpo, pero como también se dice, tenemos que comer para vivir y no vivir para comer.
    Claro que eso no es tan fácil cuando disfrutas con la comida. Porque sí, seguramente si has venido a parar a esta página es porque también para ti la comida es un placer.
    ¿Qué pretendemos conseguir cuando hacemos una dieta? Lo primero, bajar de peso para vernos bien y sentirnos mejor.
    Nuestro segundo objetivo debería ser mantener ese peso. Eso qué significa, ¿qué debemos estar en continua dieta? Mi respuesta seguramente sería que sí, aunque a niveles diferentes yo lo compararía con lo que sucede con un alcohólico o con un fumador, es una enfermedad de por vida que deberemos controlar.
    Claro que la perspectiva que nos dan en este libro es algo diferente. Por ejemplo nos dicen que controlarse significa comer alimentos prescritos por otros y de acuerdo con unas reglas: es decir, lo que hacemos cuando seguimos un régimen. Curarse significa no necesitar más reglas y restricciones en la comida... hacer las paces con la comida, hacer las paces con usted mismo y volver al peso que le corresponde.
    ¿Quién no desea eso? Echemos pues un vistazo a algunas de las nociones que se exponen.
    Si usted dirige la mano o la mente hacia la comida cuando no tiene hambre es, según nuestra definición, un consumidor compulsivo. Usted se siente compelido (obligar a uno que haga lo que no quiere mediante fuerza o intimidación) a pensar en la comida o en cómo está su cuerpo, en situaciones en las que tales pensamientos no tienen un lugar lógico. Usamos el término compelido porque sabemos que usted no tiene control sobre sus pensamientos surgen mensualmente en forma inesperada. De pronto siente la urgente necesidad de comer algo... Si usted es un consumidor de este tipo, se pasa los días luchando contra el deseo de comer algunos días se vean su deseo y se recrimina por su falta de voluntad lo otras veces, se resiste al deseo y se siente virtuoso y digno de alabanzas. En ciertos días, sin embargo, gran parte de su vida mental y de su energía está absorbida por pensamientos acerca de su alimentación, su peso y los planes para controlar...
    los consumidores compulsivos tienen todas las formas y tamaños y llevan vidas emocionales de todo tipo. Lo único que poseen en común es su obsesión por la comida y el peso. Esta doble preocupación por la comida y las corporal del sello distintivo de la alimentación por ansiedad...
    Los consumidores compulsivos no son necesariamente gordo, ni todos los gordos son consumidores compulsivos...
    Buscan comida cuando no tienen hambre fisiológica, y si bien comienzan a comer cuando tienen apetito, siguen comiendo hasta después del punto de saciedad fisiológica.
    Definimos el sobrepeso, aquel peso que refleja el hecho de comer en exceso sobre las necesidades del cuerpo... definimos el peso como el peso natural al que usted volverá cuando se haya curado de su hábito de comer compulsivamente.

    Creemos que cada vez que recurre a la comida sin tener hambre, usted está tratando de darse ante una supuesta dificultad. Consideramos que esa necesidad de comer en sus momentos es una señal de que algo le está molestando... este proceso de comer por ansiedad le enmascara el verdadero problema que le perturbea. Y, para colmo, está convencido de que el problema está en la comida y en el peso.
    [...] Hay consumidores compulsivos de muy distinta especie. Se presentan con toda una variedad de problemas... pero comparten algunos factores en común:
    Primero, comparten un modo particular de tratar la ansiedad: se aferran a la comida luego comparten las consecuencias de tratar la ansiedad de esta manera después de años de comer compulsivamente y de seguir dietas en forma crónica, se han desconectado de la experiencia de comer cuando se tiene hambre... el núcleo del problema. Pero también ahí está la solución.
    Proponemos que los consumidores compulsivos comiencen su propia curación... deben volver a relacionar alimento y hambre. Cuando logran hacerlo se produce un mayor impacto sobre sus problemas vinculados con la tranquilidad y, como resultado, tienen menos necesidad de recurrir a la comida para calmar la ansiedad. Cuando logran vencer su adicción a la comida, también pierden peso.


    Texto recogido en el libro LA OBSESIÓN DE COMER, escrito por Jane R. Hirschmann y Carol H. Munter.

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    jueves, 21 de julio de 2011

    ¿POR QUÉ VOLVEMOS A ENGORDAR?

    ¿Por qué fallan las dietas? Perder dos o cuatro kilos puede resultar más o menos fácil dependiendo de nuestro organismo pero, ¿por qué es tan difícil mantenerse en el peso?
    He intentado realizar una introspección personal y, obviamente es algo subjetivo, me he dado cuenta que me desbordo. Con ello lo que pretendo decir es que si un día no puedo seguir las pautas que me he marcado, a veces simplemente por estar cansada de privarme, como de todo, algo que tampoco creo que sea «pecaminoso», pero en cantidades excesivas, diría yo.
    Aseguraría que como mucho más de lo que haría si supiera que no estoy intentando seguir un régimen. Es un acto que no me equivocaría si lo calificara de obsesivo. Siempre que tengo en el pensamiento la idea de que debería hacer algo de bondad, en lugar de disminuir la cantidad, creo que mayor son mis excesos.
    Es importante el tiempo verbal, menciono el término debería porque conscientemente sé que tendría que ponerme manos a la obra aunque mi voluntad no esté mucho por la labor.
    Y sin embargo, cuando tomo la decisión, las cantidades que ingiero son mucho menores, me quedo harta mucho antes. Una de las razones la conozco, la comida no me resulta tan apetitosa, unas judías verdes sin patatas, me entran con dificultad, por ejemplo.
    La otra razón pienso que tiene un componente básicamente sicológico, como el que compra compulsivamente, yo aprovecho mis deslices...
    Seguro que en alguna ocasión también habrás pensado ¡mañana no podré hacerlo!, así que no sólo te permites un capricho sino que te dejas llevar por la gula.
    A veces me apetecería comer un trozo de helado, chocolate, unas galletas... dulce, calórico, productos refinados... lo peor de lo peor para quien quiere adelgazar. Y lo evito unas horas, unos días... a la mínima ocasión mi cabeza me lo recuerda, y he de luchar contra mis deseos, hasta que encuentro la excusa que necesitaba (tristeza, celebración, etc.) y me resarzo. ¡Un día es un día!
    Y para colmo, después de no dejar ni las migajas, son muchas las ocasiones en las que el remordimiento empieza a comer en mí.
    Por eso, cuando leo: «Piensa que debe aprender a dominar su deseo por la comida y a comer menos», es inevitable que me siento reflejada.
    La comida no es, en absoluto, el verdadero problema. La comida es deliciosa, y nadie debe sentirse privado de la satisfacción que ofrece. Su problema reside en que, al comer compulsivamente, usted -consciente o inconscientemente- usa la comida para dominar su ansiedad, para calmarse cuando se siente con estrés o para reanimarse cuando se siente solo, triste o con temor.
    En la lucha entre usar el alimento para controlarse, y tratar desesperadamente limitar su ingestión, usted se olvida del verdadero propósito de la comida. Para usted, el alimento que no tiene nada que ver con el hambre fisiológica.
    En verdad, la mayoría de los que comen por ansiedad, rara vez se dan cuenta cuando tienen hambre fisiológica. Las señales que le obligan a comer provienen de cualquier parte menor del estómago... Le vamos a enseñar a legalizar la comida, a entenderse en relación con el deseo de comer, finalmente, a comer a su gusto, sin considerar sus problemas de comida. Le vamos a mostrar cómo puede perder peso se aprende a comer de otra manera. Al final de este proceso sabrá cómo alimentarse cuando su organismo se lo pida: cuándo, con qué y en qué cantidad.

    Del dicho al hecho hay un trecho, esperamos encontrar algunas pautas, algunas claves que nos ayuden a bajar de peso.

    Queda claro que nuestro próximo objetivo de estudio corresponde al libro LA OBSESIÓN DE COMER, escrito por Jane R. Hirschmann y Carol H. Munter.


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