sábado, 25 de septiembre de 2010

LA RELATIVIDAD DEL PESO

El otro día estuvimos hablando del índice de masa corporal, el baremo extendido actualmente para calcular nuestro grado de sobrepeso.
¿Hasta qué punto puede ser fiable u obsesivo el peso que nos marca la báscula?
Ya comenté que uno de mis problemas es la dificultad de poder pesarme ya que debo hacerlo con mi silla de ruedas y deben, por tanto, ser básculas especiales o, digamos, industriales.
Uno de los pocos lugares donde puedo hacerlo es en el Instituto Guttmann, centro especializado para lesionados medulares.
Empecé por el mes de junio, a finales, un día antes de la festividad de San Juan y han transcurrido aproximadamente dos meses. El peso inicial lo desconocía, calculaba por orientación que rondaría entre los 97 y los 100 kilos.
Claro que el cálculo en mi caso es simplemente orientativo ya que nunca puedo hacerlo a la misma hora, voy vestida y calzada... y va incluido el peso de la silla y el cojín antiescaras.
Me pesé en la báscula que tienen en la primera planta y el resultado fue de 96,3 kg, aunque ya la persona que estaba delante mío parecía no estar conforme con el peso que marcaba. En fin, debía tomármelo como un punto de partida.
Sin embargo, aproveché para ir al gimnasio ya que quería realizar una consulta a un fisioterapeuta. También allí tenían una báscula y, dado que no me quedaba más remedio que esperar, volví a pesarme. El resultado fue de 94,5 kg.
Ya podéis imaginar la alegría que me dio, en tan sólo cinco minutos, había perdido casi dos kilos... ¡Ojalá todos los perdiera tan rápido!
¿Hasta qué punto es tan importante el peso de una báscula? No sé, ahora lo pongo un poco en duda.
Otro ejemplo fue el resultado que obtuvo una de las colaboradoras que se emiten en España. Después de, creo, dos meses su peso había disminuido en cinco kilos, sin embargo, el diámetro de su pierna, barriga... había descendido de una manera considerable. No sólo es cuestión de perder kilos, se trata también de modificar volumen y en su caso fue debido al apoyo de un entrenador personal.
No todos podemos permitirnos contar con un entrenador personal ni podemos realizar el ejercicio que quisiéramos o debiéramos, ¿verdad?
Todo el ejercicio que podamos realizar será bueno, nos ayudará a mantener activa nuestras articulaciones y mejorar nuestra circulación evitando por tanto acumulación de líquidos.
Por otro lado, la báscula debe servirnos sólo de orientación no como revulsivo o estimulante porque en algún momento puede volverse en contra nuestra.

sábado, 18 de septiembre de 2010

MEDIR LA GRASA CORPORAL

Por lógica se deduce que sobrepeso es la antesala de la obesidad, pero ¿cuándo se considera que tenemos obesidad?
Durante años había escuchado que cuando se superaban en 10 kilos el peso se calculaba normal a nuestra estatura podíamos considerarnos obesos.
Actualmente ese concepto ha variado se utilizan diferentes sistemas para calcular nuestra grasa corporal.
exceso de grasa corporal?
Uno de los métodos que más se emplean es el uso del índice de masa corporal pero no es el único. Aquí mencionaremos algunos:
El índice de masa corporal IMC es una indicación simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza para identificar el sobrepeso y obesidad. Se calcula dividiendo el peso medio en kilogramos por la altura medida en metros cuadrados. Se considera que si el índice está entre 25 y 30 el individuo tiene un sobrepeso y por encima de 30. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30.
Estos umbrales sirven de referencia para las evaluaciones individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades coronarias en población aumenta progresivamente a partir de un IMC de 21.

Sin embargo, tal como se recoge en el libro CIRUGÍA DE LA OBESIDAD MÓRBIDA de J Alarcón Domingo, no sólo es importante conocer el grado de obesidad sino también la distribución de la misma: central o periférica, siendo la primera de mayor riesgo metabólico. No en vano la circunferencia de cintura es un parámetro que se ha correlacionado de forma independiente con un mayor riesgo cardiovascular.
Aunque existen diferentes valores de referencia, se considera como circunferencia de cintura patológica si ésta es mayor de 102 cm en varones y 88 cm en mujeres. [...] Para determinar la circunferencia de cintura hay que utilizar referencias óseas, ya que en las obesidades severas el ombligo puede estar extremadamente bajo. La circunferencia de cintura corresponde a la línea que pasa por el punto medio entre la espina ilíaca anterosuperior y el margen costal inferior.
La medición del diámetro sagital es otra alternativa para estimar la obesidad de la localización central [...] El diámetro sagital es la distancia entre el ombligo y L4-L5 (lumbares) con el individuo en decúbito supino. Cifras superiores a 25 cm se consideran valores de riesgo.
En la actualidad, la impedanciometría multifrecuencia constituye una técnica complementaria la valoración antropométrica para la estimación de la composición corporal y el grado de adiposidad [...]
Otra opción a la hora de evaluar el exceso de grasa corporal es la medición de los pliegues cutáneos... Los inconvenientes son la variabilidad de la medida según el profesional que la realice, la dificultad que hay para medir grandes pliegues, incluso a veces la insuficiente apertura del plicómetro (aparato que se emplea) no permite realizar la medición y por último sólo mide la grasa subcutánea y no la visceral.

Este artículo puedes verlo también en Retales de una vida: grasa corporal

miércoles, 15 de septiembre de 2010

SOCIEDAD DE CONTRASTES

Estos días se comentaba en distintos medios de comunicación que todavía no se había llegado a la homologación de tallas tal como se había acordado hace un año.
Es frustrante ir a una tienda y que la talla más grande sólo te entre por una pierna, entiendo y creo que el mercado de la moda debería tener una visión real de lo que sucede en nuestro entorno, a no ser, ésa es una sensación que tuve un día, que determinadas marcas deseen que su ropa la puede llevar exclusivamente determinados cuerpos, por no decir determinadas personas.
Quizás debiera reivindicar las tallas grandes pero hoy no lo haré.
Después de haberme informado para escribir un artículo, me di cuenta que vivimos en un mundo un tanto ilógico y de contrastes.
Por un lado son muchos los que echan la culpa a la moda como instigadora de enfermedades tan peligrosas como la anorexia y la bulimia.
Personalmente no creo que pueda culparse a nada ni nadie ya que en realidad es una decisión que adopta cada persona, podemos decir que presionada por la sociedad  y los actuales conceptos de belleza, cultivo al cuerpo e importancia de la apariencia, pero al fin y al cabo una decisión tan personal como podría ser la de fumar.
Este tema, sin embargo, creo que se merece por su gravedad e importancia un artículo más extenso y desarrollado, así que queda pendiente.
Pero como he dicho antes me parece que vivimos en un mundo de contrastes, ¿por qué lo digo?
En diferentes publicaciones he podido leer conclusiones similares: Actualmente en España se dispone de datos epidemiológicos sobre prevalencia del obesidad, obtenidos de diferentes estudios realizados en las Comunidades Autónomas del País Vasco, Madrid, Valencia y Cataluña.
La prevalencia de la obesidad es de 13,4% distribuyéndose 11,5% en varones y en un 15,2% mujeres. El sobrepeso afecta al 19,3% de la población, distribuyéndose en un 23,3% en varones y en un 15,3% en mujeres. 
El 41,9% de la población presenta un peso normal. La prevalencia del obesidad aumenta progresivamente con la edad. A menor nivel socioeconómico y cultural, la prevalencia del obesidad es mayor [...] La obesidad infantil es un creciente problema de salud en los países occidentales, que también se está produciendo en España.

Algo no marcha bien cuando la Organización Mundial de la Salud habla de ella como una epidemia global.
Y también debemos ser conscientes que el sobrepeso y la obesidad tienen también graves consecuencias sobre nuestra salud, así que es un tema que tampoco debemos descuidar.
El cómo hacerlo, es obvio, no es fácil, somos todos conscientes. Aquí se intenta dar alguna pincelada, pero si siempre es recomendable acudir a un profesional, mucho más en el caso de tener obesidad.
La siguiente pregunta que podemos formularnos sería saber cuál es la diferencia o el límite entre obesidad y el sobrepeso.
De eso hablaremos el próximo día.

sábado, 11 de septiembre de 2010

UN COMENTARIO A TIEMPO

Hoy me siento en la obligación y quiero aprovechar para daros las gracias a todos los que habéis dejado algún comentario.
Y no lo digo por ser cortés y quedar bien, sino porque, seguramente sin pretenderlo, me habéis aportado el ánimo y las fuerzas necesarias para continuar con este blog.
Quizás parezca y suene un poco exagerada pero no es así, en más de una ocasión me he preguntado si valía la pena, y vosotros me habéis dado la respuesta. 
Me recuerda a cualquier plan de adelgazamiento, siempre se pasa por alguno de esos momentos en los que uno abandonaría todo... es entonces cuando un empujoncito es imprescindible. Un simple «te veo más delgada/o» puede darnos alas para no tirar la toalla y en este caso han sido vuestras palabras las que me han ayudado a darme cuenta que quizás voy por el buen camino.
No soy médico, lo he dejado claro en muchas ocasiones, aunque sí tengo algunas nociones por los estudios cursados, que aunque con los años las neuronas se pierden y no recuerdo ya ni un tercio de lo que aprendí , me permiten tener una cierta orientación para saber un poco por dónde indagar, y una gran profesora, la propia experiencia.
Es obvio que no a todos nos van bien ni nos gustan las mismas cosas. El placebo también juega una baza importante aunque, ¡bienvenida, si lo hace a nuestro favor! Sin embargo, si bien es cierto que jamás seremos categóricos con productos o sustancias que no hayamos probado y no sepamos de estudios certeros que lo contraindiquen, sí pondremos en cuarentena, no porque vayan a ser perjudiciales sino porque su efectividad sea más que cuestionada.
Y hago hincapié sobre este tema porque en algún momento he tenido la sensación de que, más que escéptica, llevaba la contra por norma. He dejado algún artículo sin finalizar por esta razón, pero creo, y gracias a vuestros comentarios, que si muchas voces los ensalzan, a menudo por repetir textualmente lo que dicen otros, en ADELGAZAR SIN SUFRIR los pondremos al menos en duda, lógicamente, siempre que esa duda sea razonable.
No soy muy partidaria del uso de ciertas sustancias porque más importante que adelgazar es mantenerse, así que deberemos amoldar nuestra dieta y nuestro mundo a hábitos más saludables.
Imaginemos que ingerimos una pastilla para evitar la absorción de grasas. Quizás su uso esporádico podría resultar útil, por ejemplo, en una celebración siempre cometemos excesos, no hablo de calorías, hablo de grasas: patatas fritas, pastel de nata... ¡HUMMM!
Pero no podemos asimilar dieta a pastilla, porque es fácil que acabemos volviéndonos unos obsesos: no comer, si no hay pastilla. Además, la grasa no sólo aporta energía al cuerpo sino que con ella también consumimos ciertas vitaminas, de manera que como todo en esta vida, sin excesos y en su justa medida.
Además, no sólo nos engordan las grasas, el ejemplo puede estar en ese refresco de cola que todos conocemos, Coca-Cola, las grasas son insignificantes pero adelgazar, no adelgaza...las calorías se desbordan y no por la grasa, así que en este caso la efectividad por ejemplo del xenical sería nula. Deberíamos entonces buscar una solución para eliminar o evitar la absorción de hidratos de carbono (azúcares), tomando otra pastilla contra ellos... y quién sabe si después no sería para las proteínas... para eso es mejor comer sólo una pastilla con el aporte necesario ingredientes. ¿Qué tal suena? ¡Horrible!

lunes, 6 de septiembre de 2010

BALÓN INTRAGÁSTRICO

Cuando hablamos de un sobrepeso considerable y las dietas se vuelven ineficaces a la hora de perder peso, cada día son más los centros que nos proponen una técnica que no implica los riesgos de una intervención quirúrgica con anestesia general y que se trata del balón intragástrico.
Nos comentan que el promedio de pérdidas suele rondar los 15 a 20 kilos y consiste en introducir una sonda hasta el estómago a través de la boca. Una vez dentro se rellena el globo con suero fisiológico y quedará alojado en el estómago hasta que llegue el momento de retirarlo, normalmente tras el transcurso de seis meses.
Lo que se persigue con el globo es que con menor cantidad de comida consigamos saciarnos antes, lo que no significa que podamos comer lo que queramos, sino que deberemos adoptar unos hábitos nutricionales correctos y saludables.
Entre algunas de las ventajas, cito textualmente: El éxito de este novedoso tratamiento aplicado por corporacion dermoestetica, radica precisamente en la sensación de saciedad que experimenta el paciente, quien, al no sentir hambre, reduce considerablemente su ingesta de alimentos, y, por lo tanto, logra una considerable pérdida efectiva de peso Durante la duración del tratamiento el paciente estará bajo supervisión médica con el fin de vigilar su alimentación y confirmar que ésta es lo suficientemente rica, variada y equilibrada para lograr adelgazar con total seguridad para su salud.

En general, se perderá peso de forma progresiva y constante, alrededor de un kilo por semana, y es fundamental modificar los hábitos nutricionales para lograr mantener perfectamente los resultados una vez retirado el balón intragástrico. Una reeducación alimentaria garantizará que se sigan unas pautas saludables en la alimentación durante y despues del tratamiento y de forma perdurable.

sábado, 4 de septiembre de 2010

LAS PROTEÍNAS: II PARTE

Las proteínas, desde las humanas hasta las que forman las bacterias unicelulares, son el resultado de las distintas combinaciones entre veinte aminoácidos distintos, compuestos a su vez por carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y, a veces, azufre. En la molécula proteica, estos aminoácidos se unen en largas hileras (cadenas polipeptídicas) mantenidas por enlaces peptídicos, que son enlaces entre grupos amino (NH2) y carboxilo (COOH), e intervienen en diversas funciones vitales esenciales, como el metabolismo, la contracción muscular o la respuesta inmunológica, tal como explicamos más ampliamente en el artículo anterior.
Se descubrieron en 1838 y hoy se sabe que son los componentes principales de las células y que suponen más del 50% del peso seco de los animales.
El número casi infinito de combinaciones en que se unen los aminoácidos y las formas helicoidales y globulares en que se arrollan las hileras o cadenas polipeptídicas, permiten explicar la gran diversidad de funciones que estos compuestos desempeñan en los seres vivos.
Las moléculas proteicas van desde las largas fibras insolubles que forman el tejido conectivo y el pelo, hasta los glóbulos compactos solubles, capaces de atravesar la membrana celular y desencadenar reacciones metabólicas. Tienen un peso molecular elevado y son específicas de cada especie y de cada uno de sus órganos. Se estima que el ser humano tiene unas 30.000 proteínas distintas.
Las proteínas sirven sobre todo para construir y mantener las células, aunque su descomposición química también proporciona energía, con un rendimiento de 4 kilocalorías por gramo, similar al de los hidratos de carbono.
Las proteínas animales y vegetales no se utilizan en la misma forma en que son ingeridas, sino que las enzimas digestivas (proteasas) deben descomponerlas en aminoácidos que contienen nitrógeno.
Las proteasas rompen los enlaces de péptidos que ligan los aminoácidos ingeridos para que éstos puedan ser absorbidos por el intestino hasta la sangre y reconvertidos en el tejido concreto que se necesita.
Es fácil disponer de proteínas de origen animal o vegetal. De los 20 aminoácidos que componen las proteínas, ocho se consideran esenciales es decir: como el cuerpo no puede sintetizarlos, deben ser tomados a través de los alimentos.
Mientras que las plantas pueden fabricar sus aminoácidos a partir de nitrógeno, dióxido de carbono y otros compuestos por medio de la fotosíntesis, casi todos los demás organismos sólo pueden sintetizar algunos. Los restantes, llamados aminoácidos esenciales, deben ingerirse con la comida. El ser humano necesita incluir en su dieta ocho aminoácidos esenciales para mantenerse sano: leucina, isoleucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Todos ellos se encuentran en las proteínas de las semillas vegetales, pero como las plantas suelen ser pobres en lisina y triptófano, los especialistas en nutrición humana aconsejan complementar la dieta vegetal con proteínas animales presentes en la carne, los huevos y la leche, que contienen todos los aminoácidos esenciales.
Si estos aminoácidos esenciales no están presentes al mismo tiempo y en proporciones específicas, los otros aminoácidos, todos o en parte, no pueden utilizarse para construir las proteínas humanas.
Por tanto, para mantener la salud y el crecimiento es muy importante una dieta que contenga estos aminoácidos esenciales. Cuando hay una carencia de alguno de ellos, los demás aminoácidos se convierten en compuestos productores de energía, y se excreta su nitrógeno.
Cuando se ingieren proteínas en exceso, lo cual es frecuente en países con dietas ricas en carne, la proteína extra se descompone en compuestos productores de energía.

Los alimentos de origen animal contienen proteínas completas porque incluyen todos los aminoácidos esenciales.
En la mayoría de las dietas se recomienda combinar proteínas de origen animal con proteínas vegetales. Se estima que 0,8 gramos por kilo de peso es la dosis diaria saludable para adultos normales.
Muchas enfermedades e infecciones producen una pérdida continuada de nitrógeno en el cuerpo. Este problema debe ser compensado con un mayor consumo de proteína dietética. 
Asimismo, los niños también precisan más proteína por kilogramo de peso corporal. Una deficiencia de proteínas acompañada de falta de energía da origen a una forma de malnutrición proteico-energética conocida con el nombre de marasmo, que se caracteriza por pérdida de grasa corporal y desgaste de músculos.